Ayer cumplí 20 años. Desde hace algún tiempo, no recuerdo cuando con exactitud dejo de ser divertido y lleno de globitos estas fechas que para mi ya resultan complicadas por que es donde me hago consciente del transcurrir del tiempo, de los cambios que conlleva esto de estar vivo.
Esta ocasión ha sido especial, como una especie de lucha interna, ya que me he limitado a recordar mi niñez, sobre todo la parte en la que algún adulto, por lo general alguien que acababa de conocer, se interesaba por mi futuro con preguntas como ¿Y bien Beatriz, que quieres ser de mayor? ¿Que te gustaría ser cuando seas tan grande como yo? Yo respondía con alguna de mis fantasias, seré una famosa bailarina rusa, tendré tres hijos con el panadero de barrio sésamo, o estaré explorando África con los misioneros... Llegado este punto he descubierto que no he cumplido nada de lo que aquella niña esperaba de mi, lo cual me disgusta, he defraudado a mi pasado. Como ese daño ya esta hecho y es algo que no puedo recomponer solo queda la opción de no decepcionarme a misma ahora en adelante.


► Keith Jarrett – My Lady, My Child