Éste es el motivo por el cual no se hace presente ni entre los hombre ni las mujeres, pues su pudor exagerado, que ha nacido con la idea de que es tan sólo un monstruo, le impide otorgar su simpatía abrasadora a quienquiera que sea. Le parecería que se profana y que profana a los otros. Su orgullo le repite este axioma: "Que cada cual persevere en su naturaleza." Su orgullo, dije, porque teme que uniendo su vida a un hombre o a una mujer, le reprochen tarde o temprano, como una falta enorme la conformación de su organismo. Entonces se retrae en su amor propio, agraviado por esta suposición impía que nadie sino él mismo ha hecho nacer, perseverando en medio de tormentos, en una soledad sin consuelo.
► Max Richter – Interior Horses