12 noviembre, 2010

Photobucket

Llevaba una blusa finita y delicada que uso exclusivamente para las ocasiones especiales y un poco de carmín. En el trayecto en coche con Maria mis nervios y un par de dudas se esfumaron ya que ella no paro en ningún momento de hablar, contaba historias graciosas y obscenidades. Cuando bajamos sentí el viento fresco revitalizador, me atrevo a decir que me sentía segura, preparada para la entrevista... Nos despedimos por un momento, ella iba de compras y yo tenia que convencer a un señor para que me diese empleo, nos encontraríamos más tarde para almorzar juntas. Entre en la tienda y vi esa belleza tras el mostrador, pensé "oh, me encantaría trabajar aquí, esta zona esta genial y ella es preciosa, tengo que intentar quedarme" entonces me acerque y me sorprendió diciendo que me haría la entrevista ella misma, su puesto es el quedara vacante, la trasladan. No dire como me fue por que no preste demasiada atención, me dedicaba a examinar sus facciones, contestaba sin meditar lo más mínimo mis respuesta, lo hacia ruborizada pero sin despegar mi mirada atenta de su rostro, por mucho que me diese vergüenza o por mucho que me estuviese jugando un puesto no pude resarcirme...

He pasado la tarde con la nariz metida en ese librito, sus páginas son ¡seda! , la buscaba a ella en alguna de las chicas que describe con tantísimo encanto y cuidado Colette :-)

► Nat King Cole – Smile