

Caminata hasta llegar a Magasand. Caernos de la cama. Regalar mi primera bufanda. Desayuno compartido. Menchones de pelo colándose en mis fotografías. Chicos a los que les desaparecen los ojos al reir. Congeladoras colas de concierto. De nuevo Grien me aprisiona. Té con Dario y sentir no tener tiempo para ir al cine. Compartir una caja de bombones. Carteles de cine. Enfermar. No me queda mas remedio que volver pero no quiero. Estaba en el tren de vuelta sentada esperando al cierre de puertas y se cruzo en mi mente la idea de bajar del vagón no es la primera vez que esa idea me rebana el pensamiento la diferencia con el resto de ocasiones residía en que esta vez había alguien detrás queriendo que saltase de ese tren. Buena sorpresa la de los teloneros. Madrid es gris, gris y preciosa. Quedarme a mi mejor su sudadera de la universidad. Nos falto tomar tarta de zanahoria. Abraham tendría que haber vivido la de Thickfreakness, pasada de directo, allá cada uno con lo que toma y deja en su vida. A pesar de todo evite pasar por la cuesta Claudio Moyano, quería dejar intacto ese recuerdo. Regresar y cortarme el pelo es solo un síntoma.