Mañana preciosa, abrí los ojos sin despertador y tome el café leyendo ciencia ficción en las sabanas blancas. Imprimí un par de fotos y cogí el autobús, aunque no me gustan porque son demasiado caros y ruidosos no tenia mas remedio, como el conductor tenia la radio a todo volumen no pude seguir en Marte. Al bajar en el centro hacia un sol esplendido fui directa hacia el parque, me iba acercando decidida, al principio iba con prisa, dando pasos rápidos como si alguien me esperase o llegase tarde, estaba buscando esos arboles de los que colgaban fotografías, al ver esa gente mirando la sala de exposiciones al aire libre, mis pasos pesaban mas, comencé a avanzar mas despacito, cuando llegue no sabia muy bien que hacer pero comencé a mirar las fotografías, había muchas realmente buenas, mientras iba siguiendo el rastro de cuerda y fotos me choque con unos chicos y una mujer que llevaba un cuaderno y les estaba explicando el funcionamiento, la chica del cuaderno parecía la coordinadora de todo aquello, todo el mundo iba hacia ella, entonces yo me acerque a escuchar mientras sostenía el bolso donde guardaba mis fotografías con fuerza por si fuesen a escapar, entonces me capuce en el bolso y allí estaba mi sobre con ese par de fotografías, tenia miedo no lo voy a negar y a la vez ganas de poder llevarme alguna de esas bellas imágenes me puse colorada pero yo también quería participar, me repetía ya que he llegado hasta aquí no me puedo echar para atrás, entonces la chica con el cuaderno me miro, yo le pregunte un par de detalles entonces ella dio por hecho que iba a participar, yo me puse algo nerviosa al sacar las fotografías y estuve algo torpe a la hora de decirle que mis fotografías las quería mantener en el anonimato pero la chica fue muy amable conmigo y muy simpática, me entrego un par de pinzas y fui a una esquinita a colocarlas, terminaba de poner la ultima cuando una chica se acerco para poner su nombre y poder llevársela después, me puse muy colorada pero a la vez sonreí dando las gracias, al mismo tiempo que le comente que pensaba que nadie nadie las escogería, entonces ella me contesto que les parecían muy buenas y que esa en concreto le encantaba, entonces por dentro empecé a saltar aunque pronto salto en mi menta la idea de que aun quedaban otras que seguramente pasarían desapercibidas y que quien se las lleve sera el viento, pero aun así saltaba de alegría, y saltando volví a echar un vistazo a las demás fotografías y seleccione las que me llevaría, entonces huí de allí porque me sentía muy avergonzada, aproveche que estaba cerca el mercadillo para indagar por trastos antiguos, compre una edición maravillosa de Dracula por un precio irrisorio, para matar el tiempo indague entre vinilos con desgana porque no llevaba mucho dinero en el bolsillo y no quería encontrar algo que me doliese tener que dejar en su sitio pero dí con un par de joyas a mitad de precio, me entretuve hablando de viejos guitarristas con el dependiente y cuando regrese el intercambio había tenido lugar ya solo quedaban algunas fotos, entonces recogí mis fotografías ajenas que ahora son un pedacito de mi, fue prácticamente imposible evitar acercarme al rincón donde había dejado mis fotos para comprobar si seguían donde las deje. ¡Se habían llevado todas! En ese momento alcance la luna, alguien ha apreciado la belleza que yo he visto, que agradable sensación, entre sonrisas me marche.