
Hoy es martes. Tengo que decirlo así en voz alta y con firmeza, porque se ha disfrazado de lunes con el pretexto de confundirme para que acabe no sabiendo en que día vivo. Hoy he vuelto a clase, por suerte aplazamos el examen para la próxima semana. Sonia había perdido su autobús así que fuimos juntas dando un paseo hasta la estación. Espere con el disco que tanto me gusta de Belle & Sebastian. Al bajar del tren fui directa a la biblioteca, mientras iba pedaleando por el centro pensé que esta ciudad esta hecha para la primavera y cuando recorría el paseo que tanto me gusta, te escuche diciéndome aquí hay una luz que no se encuentra en cualquier otro lugar y sonreí y me entraron ganas de llevar vestidito solo para hacerte rabiar cuando mas tarde te lo contase. Cuando llegue fui directa a la sección de poesía y por fin encontré el libro de Prévert lo cogí como si alguien tuviese la intención de volvérselo a llevar y no devolverlo en años, me encanto la cubierta, cuando me disponía a sentarme un rato a leerlo me di cuenta que no llevaba el móvil, salí corriendo, no lo encontré y me sentía fatal, si al menos volviese con el libro, maldita sea, soy muy despistada.
Tengo mucha tarea atrasada y las fechas de entrega encima, pero estoy tan cansada por el madrugon que prefiero darme una buena ducha y meterme en la cama con viejas películas niponas.