Mi malaeducacion me permite irme sin despedirme. Pienso que mi cabello es un reflejo fiel de mi personalidad, de pequeñita mi madre luchaba por desenredar esos nudos que yo misma había forjado entre sueños y pesadillas, y ahora me pregunto si es tan común tener tantas pesadillas en la infancia, y me pregunto que hace la gente que vive un calvario sin descanso para no volverse loca ¿No tienen pesadillas? ¿Como hacen para mantenerse cuerdos? Hay días que no toco el peine, me descuido y me abandono a mi suerte. Eso es exactamente lo que hace todo el mundo a todas horas, abandonar a los demás a su suerte. Ayer me pase todo el día leyendo, mi mesilla tiene un par de libros que llevan demasiado tiempo esperando el momento adecuado. Lleve provisiones, té y galletas a la habitación blanca, deje entrar la luz necesaria para despejar los delirios.
"Es que no eres una mujercita nada fácil de comprender. A veces tan joven, tan cerca de uno; otras, una inviolable Minerva con su gran casco."